Día
típicamente soleado de junio en la capital aragonesa. El Ebro cruza, animado
por el deshielo, bajo el puente de La Almozara y bordea cauteloso la Basílica
del Pilar, para seguidamente continuar incansable su curso con rumbo firme
puliendo las rocas que se van interponiendo en su camino. En Fontibre tomó la
meditada decisión de morir en tierras catalanas, convencido de poner fin a su
agonía mezclando sus dulces aguas con las del Mediterráneo en el hogar de la
desatada voz catalana de mayor poderío y registro vocal, poseído por el
atrayente hechizo del aún resonante eco emanado de sus explosiones sonoras.